Año: 2012

Las costumbres de una comunidad son la base de su cultura, y la Arquitectura trata simultáneamente con la construcción y con la cultura familiar. «El hogar» en Luanda es donde empieza todo, donde las familias crecen y decrecen, se establecen las relaciones sociales y el lugar en el que comienza el pequeño negocio familiar. Por esto, hemos tratado de hacer de toda esta carga social el eje principal de nuestro diseño.

Se propone una vivienda que no sólo contiene el espacio que abarca entre sus cuatro paredes sino que «coloniza» e incorpora el espacio exterior circundante como propio. El aprovechamiento de la inercia térmica que aporta el hormigón hace de esta vivienda una vivienda óptima para el aprovechamiento de recursos energéticos. La vivienda se ha pensado desde un planteamiento bioclimático, con escaso número de huecos en fachadas norte y sur. En invierno los cerramientos de hormigón absorben el calor del sol, para radiarlo de noche, mientras que en verano la inercia térmica de los muros de hormigón y el espesor del aislamiento, mantendrán la casa fresca. Con un régimen de apertura y cierre de parasoles y contraventanas adecuado, la sensación de confort interior aumentará notablemente. Proponemos además la incorporación de una serie de sistemas de autosuficiencia energética que  harán que la vivienda tenga un mayor aprovechamiento de los recursos naturales.